En este pueblo murciano tengo como he dicho un buen amigo, de esos que quedan pocos, que se estiman y se quieren precisamente porque la confianza cuesta mucho hoy en día y cuando la encuentras es una verdadera gozada....éste hombre conocedor de mis necesidades no dudó en abrirme su casa una vez más para lo que hiciera falta y para allí me fuí con ganas de estar con él 24h al día y compartir ésta pasión que nos une largamente, sin prisas, poder compartir pensamientos, problemas, y también esperanzas y planes de futuro.
La época no era muy propicia para la fotografía pero para mi preferencia actual de la foto nocturna no hubo problemas, algo de frío eso sí, pero por lo demás ni un solo pero.
La primera imagen que sacamos fué de un arbol centenario muy raro de ver por mi tierra y que según mi amigo se llama "Serval" o algo parecido, de hojas rojizas en esta época del año y que estaba en las tierras de su mujer y justo al lado del cortijo que tienen en medio del campo. Después de buenos momentos de tertulia, comida y bebida, nada mejor que compartir una horita y pico haciendo fotos antes de irnos a la cama. No es una maravilla de foto, pero el momento, el lugar y la compañia eran inmejorables, imagino que él la tendrá muy similar o incluso mejor, pues es de esos fotógrafos que encuadran y se nota que tienen algo especial, una singular manera de hacer lo pobre armonioso y lo sencillo espectacular.
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Serval a la luz de la luna. |
Evidentemente nos dimos un buen paseo en su todo terreno para elegir un buen sitio para la noche. Finalmente elegimos un cortijo abandonado cercano al pueblo y allí montamos nuestras cámaras, elejimos los encuadres y esperamos a que se hiciera de noche para poder hacer las fotos. Fué interesante el iluminar la casa desde el interior, primero intenté hacerlo con una linterna pero luego siguiendo el consejo de mi amigo lo hice con el flash a toda potencia, gracias a ello pude conseguir el efecto deseado.
Al día siguiente estuvimos en el hide de nuevo pero la verdad es que no hicimos nada digno de ser publicado, eso sí pude pasarlo muy bien, realizando (después de mucho tiempo) un rececho fotografico en toda regla.
Desde aquí quiero dar las gracias a mi buen amigo Telesforo y su mujer Adela por la hospitalidad que me brindaron durante estos dos días de esparcimiento.
1 comentario:
Hola Amigo, gracias por esas palabras, ya sabes que siempre que quieras la puerta de nuestra casa, en el pueblo, esta siempre abierta para ti y tu familia.
Las fotos, como siempre, increibles.
Un abrazo
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